De esta percepción limitada del espacio que nos compete y el tiempo que nos determina definido por la ciencia, resulta una experiencia psicológica, totalmente subjetiva. Un período puede ser eterno aunque pequeño o fugaz aunque extenso; dependiendo de de la percepción.
En un intento de la ciencia de establecer conformidades que designen un patrón común a todos que hicieran de la idea del tiempo un factor más controlable, los científicos no tiene un concepto de tiempo, tan sólo hablan de cómo percibirlo y medirlo. Esta primera pregunta entra en dominio de los filósofos, místicos y otros, quienes abordan este punto desde otra posición. Freud ya a principios del siglo XX dijo que el inconciente es "atemporal", carece de tiempo lineal; a tal punto que hechos aparentemente pasados están presentes en la realidad psíquica del individuo.
Esto evidencia que un concepto del tiempo absoluto tal como pretendía definirlo Newton y otros personajes no se aplica a ciertas condiciones.
Asimismo, Jaques Lacan, también psicoanalista, afirma que en el inconciente se producen series temporales de apertura y cierre. Existe en la psiquis no un tiempo lineal solamente, sino una sincronía; estableciéndose una relación de prioridades según "tiempos lógicos" y no "cronológicos". En su libro El tiempo lógico y el aserto de certidumbre anticipada (1945) reflexiona al respecto:
Estas instancias del tiempo, constituyentes del proceso del sofisma, permiten reconocer en él un verdadero movimiento lógico. Este proceso exige el examen de la calidad de sus tiempos. Se aíslan en el sofisma tres momentos de la evidencia, cuyos valores lógicos se revelarán diferentes y de orden creciente. Exponer su sucesión cronológica es también especializarlos según un formalismo que tiende a reducir los discursos a una alineación de signos. Mostrar que la instancia del tiempo se presenta bajo un modo diferente en cada uno de estos momentos es preservar su jerarquía revelando en ellos una discontinuidad tonal, esencial para su valor. Pero captar en la modulación del tiempo la función misma por donde cada uno de esos momentos, en el tránsito hasta el siguiente, se reabsorbe en él, subsistiendo únicamente el último que los absorbe, es restituir su sucesión real y comprender verdaderamente su génesis en el movimiento lógico.
Esto indica que, el tiempo, tal y como lo conocemos, el tiempo de relojes; el tiempo en términos de pasado y futuro, no existe. Si lo consideramos a nivel corporal, ya es conocido que nuestros cuerpos se manejan según el reloj biológico, un reloj interno que lo regula.
1 comentario:
Te felicito hija; sabes que el orgullo que siento va mucho más allá a mí condición de padre ya que tú eres un ser muy especial.
Has saber al mundo que el sentir y compartir tú mundo interior, de la mano de la imaginación, forma parte de la condición autentica de la vida.
Publicar un comentario